Yo te lo doy, yo te lo quito
En estos días "primaverales"
de mitad del mes de noviembre de 2012,
donde ni siquiera el tiempo climatológicamente hablando es coherente, los
jueces de nuestro país han alzado la voz contra la injusticia de los desahucios
y la ley hipotecaria que los hace posible.
Es desde luego, una buena
noticia. También algo lógico, puestos que son ellos, los jueces, quienes declaran,
una vez presentada por la entidad financiera la denuncia judicial, la vivienda
embargada. Posteriormente la vivienda se subasta y meses después, el proceso
concluye con el desahucio de la vivienda, algo que se ha puesto
lamentablemente de actualidad en estos
meses y con consecuencias trágicas.
Llegados a este punto, considero
necesario dar una serie de datos relacionados con el tema. En España, se han
producido más de 400.000 ejecuciones
hipotecarias desde 2007. Se han
producido por consecuencia 350.000
desahucios. A estos datos hay que añadirles los más de 50.000 procesos de ejecución hipotecaria iniciados en el segundo
semestre de 2012, por lo que se superarán las 400.000 ejecuciones. Es esta una situación de emergencia social y
alarma social que al parecer logra hacernos conscientes de que algo está
fallando.
La Ley Hipotecaria que reglamenta
el mercado hipotecario es el Decreto de
8 de febrero de 1946, en esta se han ido produciendo modificaciones sin
alterarla en el tema que nos ocupa.
En febrero de 2011, el PSOE y PP rechazaron una
proposición de ley de ERC, IU e ICV que reclamaba cambiar la legislación
hipotecaria en el sentido de obligar a las entidades bancarias a aceptar la dación en pago, es decir que la
entrega de la vivienda sea suficiente para cancelar el préstamo.
En junio de 2011, de nuevo
el PP y PSOE rechazaron la
propuesta de una proposición de ley por parte de BNG y apoyados por IU, ICV y
ERC, para reformar la legislación en materia hipotecaria que permitiera la dación en pago.
Con todos estos antecedentes la
reflexión sería preguntarse ¿por qué en noviembre de 2012 los jueces se
pronuncian en contra de esta ley y no hicieron lo mismo cuando se produjo el
primer desahucio?, puesto que la ley seguía siendo igual de injusta. ¿Qué ha
cambiado ahora?. Según respuesta del presidente del Tribunal Supremo y del
Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Gonzalo Moliner, los jueces están obligados a aplicar las
leyes vigentes. Vale, esto aclara algunas cosas, la ley se aplica por
obligación pero la justicia brilla por su ausencia. Como si no, se puede
entender la situación producida. Los profesionales de la justicia que hoy
muestran su desacuerdo en esta ley que tan injustamente está tratando al más
desprotegido, han estado simplemente aplicando desde muchos años atrás una ley
que a ellos mismo les parecía ilícita y desde luego lo han profesado sin la más
mínima sensibilidad. Y solo por obligación.
Me produce la sensación de que
una vez más se pasan la pelota unos a otros sin que verdaderamente exista
voluntad de solucionar nada. De acuerdo que las leyes las dictan los gobiernos,
y que en este caso los jueces son los obligados a aplicarlas pero, y el factor
humano, y la verdadera esencia del término justicia ¿dónde quedan? .¿Por qué
los jueces, abogados, no advirtieron al
gobierno de turno que existían en esta Ley, apartados indignos que van en
contra del ciudadano al que se le aplican?.¿Por qué llegar a la alarmante cifra
de 350.000 "desahucios de personas"?
Si los justos guardan silencio,
desvían sus miradas y no escuchan, si solo el objetivo de su función es
puramente administrativo y económico, es comprensible que la ciudadanía no
confíe en la justicia, en sus representantes, en sus políticos y aún menos en
el sistema.
Y yo insistiría en la misma
pregunta que hice en mi anterior reflexión, a quien me pudiera contestar ¿Dónde están las personas?. ¿Dónde estamos representados
en este sistema que crece y crece aplastándonos, privándonos cada vez más de
derechos y de la posibilidad de ser protegidos ante la iniquidad?.
Sinceramente, llegar a este punto
y leer posteriormente en prensa, que el gobierno ha aprobado un nuevo decreto
para paliar los efectos de los desahucios y resulta que es un parche que no
resuelve los problemas de fondo, pero que sigue beneficiando a la banca, afirma
más que las personas estamos desaparecidas en este sistema.
Hay mucho más que decir sobre el
tema pero se extendería demasiado la reflexión, solo añadiré que en esta Ley
Hipotecaria, quizás algunos profesionales no lo sepan, la dación en pago ya existe. En su artículo 140 de la SECCIÓN
II del TÍTULO V copio y pego lo
que dice a continuación:
No obstante lo
dispuesto en el artículo
105, podrá válidamente pactarse en la escritura de constitución de la hipoteca
voluntaria que la obligación garantizada se haga solamente efectiva sobre los
bienes hipotecados.
En este caso, la
responsabilidad del deudor y la acción del acreedor, por virtud del préstamo
hipotecario, quedarán limitadas al importe de los bienes hipotecados, y no
alcanzarán a los demás bienes del patrimonio del deudor.
Cuando la hipoteca
así constituida afectase a dos o más fincas y el valor de alguna de ellas no
cubriese la parte de crédito de que responda, podrá el acreedor repetir por la
diferencia exclusivamente contra las demás fincas hipotecadas, en la forma y
con las limitaciones establecidas en el artículo
121.
Como cualquiera puede imaginar,
se puede contar con los dedos de una mano las hipotecas que en nuestro país
bajo el mencionado artículo 140 se
han constituido. Se le denomina hipoteca y si observamos con atención lo que
realmente formalizamos se trata de un contrato de préstamo con garantía personal.
Algunos consejos para evitar
dudas, cada vez que digamos mi piso, lo reemplazaremos por mi préstamo, ya que ellos te lo dieron, pero algún día te lo pueden
quitar. Son los verdaderos dueños, todo se lo debemos, inclusive nuestra
felicidad.
Paseo por la calle en este mes de
noviembre y el termómetro de la acera marca 20 grados de temperatura, quizás
esta sea una señal de que todo ha cambiado al revés, curioso ahora llega a mi
memoria que también desde Europa llegaron declaraciones contrarias a la Ley hipotecaria
española, ¿también lo sabían desde hace años?